Por Norka Ferraz Peña

Cuando pensamos en crisis lo primero que nos aparece en el pensamiento es un desastre natural, o tal vez un problema entre pareja o un problema existencial. Pero estamos viviendo tiempos convulsionados con pandemias, desestabilizaciones políticas, movimientos de reivindicaciones sociales y caídas de mercados económicos, que afectan el entorno.

Una crisis se puede dar en cualquier ámbito, ya sea en lo personal o empresarial. Y es justamente esta última, uno de las más complejas porque es un problema multifacético y hay que abordarlo desde distintos enfoques. Una empresa pudiera entrar en crisis por razones económicas, inversión o productos, que muchas veces son provocados por el entorno. ¿Pero qué pasa cuando esta crisis es originada desde dentro de una organización; en su gente? ¿Qué cuando esto sucede en nuestro equipo de trabajo? Digámoslo así, es una organización que se sumerge en una crisis existencial. Es una organización que se enferma.

Todas las empresas son susceptibles, por lo que es fundamental estar preparado para cualquier situación que pueda surgir a fin de evitar lo que podría ser una caída empresarial producto de una crisis interna. Si no tenemos a nuestra gente motivada, enfocada y con un propósito hay un alto riesgo de que esto suceda.

Para resolver un problema como este, es necesario contar con un plan de gestión de crisis, entendiendo sus etapas y asegurando los métodos y las personas adecuadas para manejar dicha situación. Hay que estar preparados para lo inesperado.

En esta formación vamos a cubrir estos aspectos a fin de contar con las competencias necesarias para abordar esta condición y contar con una caja de herramientas que nos ayude a llevarnos a una organización sana y exitosa.